Por CRLuismël
✍️ Nota del autor:
Este artículo busca reflexionar sobre el proceso de independencia del Perú en el marco de las Fiestas Patrias del Perú, considerando no solo los hechos históricos conocidos, sino también las complejidades geopolíticas y culturales que rodearon dicho periodo. No pretende emitir juicios definitivos ni desmerecer el legado de figuras históricas relevantes, sino ofrecer una mirada crítica, respetuosa y abierta al diálogo.
Que debía haber una transición, es muy cierto. Que había que revisar las complejas relaciones con la península para enfrentar los retos de los nuevos tiempos, también lo es. Recordemos que el Virreinato del Perú ya llevaba casi trescientos años de existencia — cien años más de lo que lleva hoy como República.
Pero que el Perú tuviera que someterse a decisiones lideradas por generales extranjeros — un general proveniente del Virreinato del Río de la Plata y un general de la Capitanía General de Venezuela y de la Gran Colombia— ambos con alianzas políticas europeas y otros intereses geoestratégicos, representó un desafío complejo para nuestra nación. El Perú no era un territorio más: era la capital virreinal, por excelencia, la primera y principal de la Corona Española en América. La forma en que se condujo el proceso independentista, si bien es valorada y respetada, dejó también secuelas profundas que aún resuenan en las Américas.
Se ha documentado que Don José de San Martín mantenía vínculos con la corona británica. La corona británica era en aquel entonces rival absoluto de la monarquía española, de la Iglesia Católica Romana, de Europa continental y, por supuesto, ávida de las riquezas que fluían desde los territorios sudamericanos.
Algunos historiadores han señalado que figuras como Don José de San Martín estuvieron vinculadas a logias masónicas, como la Lautarina, que promovían ideales de libertad y modernidad. Estas logias, con presencia en Europa y América, compartían ciertos postulados con corrientes políticas británicas de la época, lo que ha llevado a especulaciones sobre influencias indirectas en los procesos independentistas.
Sin embargo, la complejidad del contexto histórico exige cautela al interpretar estas conexiones.
🌎 ¿Cómo era el mundo en aquellos tiempos?
El Imperio Británico, en su expansión global, priorizó intereses comerciales y estratégicos por encima de vínculos culturales o fraternales. Su relación con sus colonias fue, en muchos casos, marcada por la explotación y el control, como se evidenció en episodios como las guerras del opio en Asia o las tensiones con sus propias Trece Colonias en Norteamérica. El Imperio Británico no veía a sus colonias como territorios hermanos, sino como fuentes de explotación y expansión sin ética.
Mientras España levantaba universidades, hospitales y gobiernos locales en América, muchas colonias británicas estaban formadas por comunidades que huían de la persecución religiosa, como los Pilgrims del Mayflower. Estos grupos terminarían luchando por su independencia de la corona inglesa, dando origen a los Estados Unidos de América, una nación diseñada desde sus cimientos para mantenerse lo más distante posible de Europa y sus influencias
🔍 Hispanoamérica: un caso distinto
La misión original de Isabel la Católica, reina de Castilla y León, no fue la de invadir, sino la de expandirse, compartir la fe y establecer un orden nuevo que respetara la diversidad de los pueblos. Castilla, al momento de emprender su empresa americana, libraba en su propio suelo una larga lucha contra la expansión islámica, marcada tanto por la convivencia como por el conflicto.
Las tierras sudamericanas eran de una riqueza inconmensurable, con culturas tan o más sofisticadas que muchas de sus contrapartes europeas. Esa grandeza despertó la envidia de otras potencias, como Inglaterra y Francia, que llegaron más tarde y buscaron desestabilizar lo ya consolidado por los españoles y criollos.
⚔️ ¿Cómo se desarticuló el Imperio Español?
La fragmentación del Imperio Español no fue solo resultado de luchas locales, sino también de influencias externas que supieron aprovechar los momentos de transición en Hispanoamérica para promover divisiones internas.
La estrategia fue clara: divide y vencerás. A través del uso de figuras carismáticas y la exacerbación de conflictos internos, el Imperio español fue fragmentado. No es casual que, tan solo décadas después de la caída de los virreinatos, las nuevas repúblicas cayeran en guerras entre sí, como la Guerra del Pacífico. En este conflicto, los intereses británicos estaban presentes, moviendo los hilos y beneficiándose económicamente del salitre, cuyas minas eran controladas desde Londres.
Hasta hoy, Hispanoamérica tiende a culpar a España por sus dificultades, cuando muchas de las verdaderas causas provienen de otras potencias que supieron manipular a los pueblos en momentos de transición.
💬 Mi reflexión personal
Estoy convencido de la legitimidad y el valor de nuestras repúblicas libres y soberanas. Como peruano, defiendo con firmeza la independencia y la autodeterminación del Perú.
Si bien España forma parte de nuestra historia, su rumbo político y social desde los siglos XIX y XX fue, en muchos aspectos, incompatible con el espíritu emprendedor, la fe cristiana y los valores que aún vibran en estas tierras.
También es cierto que los virreinatos, tarde o temprano, habrían de transformarse. Pero sin figuras importantes como Bolívar o San Martín, el desenlace pudo haber sido aún más incierto.
No olvidemos que, poco después de las independencias en América, España entró en una etapa convulsa: guerras internas como las carlistas, enfrentamientos externos como los napoleónicos, la pérdida de su estatus imperial, una grave crisis económica y un retraso respecto a la Revolución Industrial. Todo esto habría afectado a los territorios americanos si hubieran permanecido bajo su dominio.
La pregunta que queda es si aquella fragmentación abrupta nos fortaleció como civilización o nos dejó vulnerables.
En medio de ese proceso, nuevas alianzas trajeron progreso y oportunidades, pero también desafíos que aún nos convocan a la reflexión.
🇵🇪 Respeto a los peruanos de ayer, hoy y siempre
Es fundamental honrar tanto a los libertadores como a nuestros próceres, precursores y héroes, sin olvidar a los peruanos del periodo virreinal que dejaron una huella profunda en nuestra identidad. Las plazas mayores, las catedrales, los puentes y edificios que aún admiramos fueron construidos por ellos, muchos de los cuales eran peruanos de nacimiento.
Incluso hay registros de peruanos virreinales que navegaron hasta tierras lejanas como Canadá en el siglo XVII, mostrando el espíritu aventurero y global de nuestros antepasados.
Hoy, debemos reconocer también a los peruanos que, desde sus trincheras cotidianas, luchan contra las nuevas formas de dominación: ideologías ajenas, materialismo deshumanizante y ataques a nuestra fe y a nuestra familia. Las amenazas modernas no llevan uniforme ni banderas, pero son igual de peligrosas.
🙏 Un Perú consagrado
El Perú es una nación consagrada, rica en cultura, en fe, y en resiliencia. Mientras los peruanos tengamos esto claro y mantengamos la dignidad, el trabajo y la espiritualidad como pilares, nunca seremos derrotados.
¡Valemos un Perú! 🇵🇪 Feliz 28 de julio. ¡Viva el Perú!
C.R.Luismël
28/07/2025
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